viernes, 25 de febrero de 2011

Feminismo, Clase y Anarquismo


La relación entre la sociedad de clases y el capitalismo

La característica que define a la sociedad capitalista es que está mayoritariamente dividida en dos clases fundamentales: la clase capitalista (la burguesía), hecha de dueños de grandes negocios, y la clase trabajadora (el proletariado), que consiste en más o menos todos los demás -la gran mayoría de la gente que trabaja por un salario. Hay, por supuesto, toda una gama de grises dentro de esta definición de sociedad de clases, y la clase trabajadora en sí misma no está hecha de un grupo homogéneo de personas, pero incluye, por ejemplo, trabajadores sin especialización así como la mayoría de lo que comúnmente se denomina la clase media, y puede haber, por ende grandes diferencias en ingresos y oportunidades para diferentes sectores de la clase trabajadora definida ampliamente.

"Clase media" es un término problemático ya que, aunque se usa frecuentemente, rara vez queda claro a quién se refiere exactamente. Usualmente "clase media" se refiere a trabajadores tales como profesionales independientes, pequeños dueños de negocios y administrativos bajos y medios. Sin embargo, estas capas medias no son realmente una clase independiente, ellas no son independientes del proceso de explotación y de la acumulación de capital que constituye al capitalismo. En general están en los límites de una de las dos clases principales, la clase capitalista y la trabajadora.(1)

Lo importante de analizar la sociedad como compuesta de dos clases fundamentales es entender que la relación económica entre estas dos clases, los grandes dueños de negocios y las personas que trabajan para ellos, se basa en la explotación y por ende estas dos clases tienen intereses materiales fundamentalmente opuestos.

El capitalismo y los negocios son, por naturaleza, movidos por la ganancia. El trabajo que un empleado realiza crea riqueza. Algo de esta riqueza se le da al empleado en su paquete salarial, el resto se lo queda el jefe, sumándose a sus ganancias (si los empleados no diesen ganancia no los emplearían). De esta manera, el dueño del negocio explota a sus empleados y acumula capital. Es parte del interés del dueño del negocio maximizar sus ganancias y mantener los costos de los salarios bajos; es del interés de los empleados maximizar su paga y mejorar las condiciones laborales. Este conflicto de intereses y la explotación de una clase por otra clase minoritaria, es inherente a la sociedad capitalista. Loa anarquistas tienen como finalidad abolir el sistema capitalista de clases y crear una sociedad sin clases.

La relación entre sexismo y capitalismo

El sexismo es una fuente de injusticia que difiere del tipo de explotación de clase mencionado más arriba de varias maneras. La mayoría de las mujeres viven y trabajan con hombres al menos parte de su vida; ellas tienen relaciones cercanas con hombres tales como su padre, hijo, hermano, amante, compañero, esposo o amigo. Mujeres y hombres no tienen intereses opuestos de una manera inherente; nosotras no queremos abolir los sexos sino abolir la jerarquía de poder que existe entre los sexos y crear una sociedad donde las mujeres y los hombres puedan vivir libremente y juntos en igualdad.

La sociedad capitalista depende de la explotación de clase. No depende sin embargo del sexismo y podría en teoría acomodarse en gran medida a un tratamiento similar de mujeres y hombres. Esto es obvio si miramos lo que la lucha por la liberación femenina logró en varias sociedades alrededor del mundo en los últimos, digamos, 100 años; en los que hubo mejoras radicales en la situación de mujeres y los supuestos que subyacían sobre qué roles son naturales y están bien para la mujer. El capitalismo, con el paso del tiempo, se ha adaptado al rol y status cambiante de la mujer en la sociedad.

El final del sexismo por ende no llevará necesariamente al final del capitalismo. De la misma manera, el sexismo puede continuar incluso después del capitalismo habiendo sido abolida la sociedad de clases. El sexismo es posiblemente la forma de opresión más temprana que existió, no sólo precede al capitalismo; sino que hay evidencia que el sexismo también precedió a formas más tempranas de la sociedad de clases(2). A medida que las sociedades se han desarrollado la exacta naturaleza de la opresión a las mujeres, la forma particular que esta toma, ha cambiado. Bajo el capitalismo la opresión de las mujeres tiene sus caracteres propios y particulares donde el sistema ha tomado ventaja de la histórica opresión de la mujer para maximizar sus ganancias.

¿Pero, qué tan realista es el fin de la opresión a la mujer bajo el capitalismo? Hay muchas formas en las que las mujeres son oprimidas como sexo en la sociedad actual -económicamente, ideológicamente, físicamente, etc.- y es probable que continúen las luchas feministas que llevarán a nuevas mejoras en la condición de la mujer. Sin embargo, aunque es posible ver que con la lucha varios aspectos del sexismo van perdiendo fuerza, hay aspectos del capitalismo que hacen muy poco probable la total igualdad económica de mujeres y hombres en el capitalismo. Esto es porque el capitalismo se basa en la necesidad de maximizar sus ganancias en un sistema tal que las mujeres estén en una desventaja natural.

En la sociedad capitalista, la habilidad de dar a luz es un defecto. El rol biológico de la mujer implica que (si tienen hijos) tendrán que tomarse al menos alguna licencia con goce de sueldo en su trabajo. Su rol biológico también las hace en última instancia responsable por cualquier chico que traigan al mundo. En consecuencia, la licencia paga por maternidad, permiso para uno de los padres, licencia de padres, licencia para encargarse de hijos enfermos, guarderías gratuitas y servicios para la atención infantil, etc., serán siempre especialmente relevantes a las mujeres. Por esta razón las mujeres son económicamente más vulnerables que los hombres en el capitalismo: ataques a las ganancias como guarderías, permisos a un padre, etc. afectarán siempre desproporcionadamente más a la mujer que al hombre. Y sin embargo sin plena igualdad económica es difícil verle un fin a las desiguales relaciones de poder entre mujeres y hombres y la ideología asociada al sexismo. Entonces, aunque podemos decir que el capitalismo podría acomodarse a la igualdad del hombre y la mujer, la realidad es que la realización total de esta igualdad será muy poco probablemente lograda en el capitalismo. Esto es simplemente porque hay una penalización económica relacionada a la biología de la mujer, que hace que la sociedad capitalista, movida por la ganancia, sea inherentemente parcial contra la mujer.

La lucha por la emancipación femenina en los movimientos de la clase trabajadora

Uno de los mejores ejemplos de cómo la lucha por el cambio puede acarrear cambios reales y duraderos en la sociedad es la gran mejora en el status de la mujer, sus derechos y calidad de vida; todos logros que la lucha por la liberación femenina ha alcanzado en varios países alrededor del mundo. Sin esta lucha (que yo llamaré feminismo a pesar de que no todos y todas las que lucharon contra la subordinación femenina se habrían identificado como feministas), las mujeres claramente no habríamos logrado los gigantescos avances que hemos tenido.

Históricamente, la lucha por la emancipación femenina fue evidente dentro del movimiento anarquista y otros movimientos socialistas. Sin embargo, como un todo estos movimientos tendieron a tener una relación de alguna manera ambigua con la liberación femenina y otras luchas feministas más amplias.

Aunque siempre ha sido central al anarquismo el énfasis en la abolición todas las jerarquías de poder, el anarquismo tiene sus raíces en la lucha de clases, en la lucha para derrotar al capitalismo, con su aspiración finalista de crear una sociedad sin clases. Como la opresión de las mujeres no está tan íntimamente atada al capitalismo como lucha de clase, la liberación de las mujeres ha sido históricamente y en gran medida continúa siendo vista como un objetivo secundario en la creación de una sociedad sin clases, no tan importante o tan fundamental como la lucha de clases.

¿Pero a quién no le es importante el feminismo? De seguro para la mayoría de las mujeres en los movimientos socialistas la suposición que una transformación profunda en las relaciones de poder entre mujeres y hombres era parte del socialismo era vital. De todas maneras, tendía a haber más hombres que mujeres activos en los círculos socialistas y los hombres jugaron un rol dominante. Las demandas de las mujeres fueron marginadas por la primacía de la clase y también porque mientras los temas que afectan a los trabajadores también afectan a las trabajadoras de manera similar, lo mismo no era cierto para las temáticas particulares de la opresión de la mujer como sexo. La igualdad social y económica de la mujer era a veces vista como algo que entraba en conflicto con el interés material y las comodidades del hombre. La igualdad de las mujeres requería profundos cambios en la división de tareas tanto en el hogar y el trabajo como cambios en todo el sistema social de autoridad masculina. Para lograr la igualdad de las mujeres una reevaluación de la propia identidad debería también hacerse en la que la "identidad masculina" no pudiera ya depender de ser visto como más fuerte o más capaz que la mujer.

Las mujeres tendían hacer la conexión entre la emancipación política y personal, con esperanzas que el socialismo produciría una mujer nueva y un hombre nuevo al democratizar todos los aspectos de las relaciones humanas. De todas maneras, encontraron muy difícil, por ejemplo, convencer a sus propios compañeros que la desigual división del trabajo en el hogar era un tema político importante. En las palabras de Hannah Mitchell, activa socialista y feminista de principios del siglo XX en Inglaterra, sobre su doble turno de trabajo afuera y adentro del hogar:

"Incluso mi descanso dominical se fue ya que pronto descubrí que gran parte del discurso socialista sobre la libertad era sólo discurso y que estos jóvenes hombres socialistas esperaban cenas de domingo y té con grandes tortas caseras, patés de carne y pasteles exactamente como sus compañeros reaccionarios."(3)

Las mujeres anarquistas en España en la época de la revolución social en 1936 tenían quejas similares al encontrar que la igualdad hombre-mujer no se llevaba bien con las relaciones personales íntimas. Martha Ackelsberg anota en su libro Mujeres Libres de España que aunque la igualdad de las mujeres y hombres fue adoptada oficialmente por los movimientos anarquistas españoles tan temprano como en 1872:

"Virtualmente todas mis informantes se lamentaban de que, sin importar cuán militantes fueran en las calles, hasta los anarquistas más comprometidos esperaban ser "amos" en sus hogares -una queja que hizo eco en muchos artículos escritos en diarios del movimiento y revistas durante este período."

El sexismo también ocurría en la esfera pública, donde, por ejemplo, las militantes mujeres a veces encontraban que no eran tratadas seriamente ni con respecto por sus camaradas hombres. Las mujeres también enfrentaban problemas en su lucha por la igualdad dentro del movimiento sindical en el siglo XIX y XX, cuando la situación desigual de hombres y mujeres en el trabajo pago era un tema incómodo. Los hombres en los sindicatos argumentaban que las mujeres rebajaban los salarios de los trabajadores organizados y algunos creían que la solución era excluir completamente a las mujeres del trabajo y elevar el salario masculino para que los hombres pudieran mantener a sus familias. A mediados del siglo XIX en Gran Bretaña un sastre resumió los efectos del trabajo femenino como sigue:

"Cuando comencé por primera vez a trabajar en esta rama [cortado de chalecos], había muy pocas sastres empleadas en la misma. Unos pocos chalecos blancos se les daban bajo la idea de que las mujeres los harían más limpiamente que los hombres...Pero desde el aumento de los sistemas de vapor, amos y capataces han buscado por todas partes por manos que pudieran hacer el trabajo por menos que el promedio . Entonces se hizo a la esposa competir con el esposo, y a la hija con la esposa... Si el hombre no va a reducir el precio de su trabajo a aquel de una mujer, deberá permanecer desempleado".(4)

La política de excluir a las mujeres de ciertos sindicatos a menudo quedaba determinada por la competencia de bajar los salarios más que la ideología sexista, aunque la ideología también jugó un rol. En la industria del tabaco en los comienzos del siglo XX en Tampa en los EEUU, por ejemplo, un sindicato anarcosindicalista, La Resistencia, formado más que nada por emigrados cubanos, buscó organizar a todos los trabajadores a lo largo y ancho de la ciudad. Más de la cuarta parte de sus miembros eran mujeres que deshojaban el tabaco. El sindicato fue denunciado como antimasculino y antiamericano por otro sindicato, la Unión Industrial de Fabricantes de Cigarros que perseguía estrategias exclusivistas y que "muy renuentemente organizaba a las trabajadoras en una sección separada y secundaria del sindicato". (5)

La fuerza motriz de la liberación de la mujer fue el feminismo

Está en general bien documentado que la lucha por la emancipación de la mujer no ha sido siempre apoyada y que históricamente las mujeres han enfrentado el sexismo dentro de las organizaciones para la lucha de clase. Los logros incuestionables en la libertad de la mujer que se alcanzaron son gracias a aquellas mujeres y hombres, dentro de las organizaciones de lucha de clase así como sin éstas, que desafiaron al sexismo y pelearon por mejoras en las condiciones de la mujer. Es el movimiento feminista en todas sus variantes (clase media, clase trabajadora, socialista, anarquista...) que ha liderado el camino en la liberación femenina y no movimientos focalizados en la lucha de clase. Yo hago énfasis en este punto porque aunque hoy el movimiento anarquista como un todo sí apoya un fin a la opresión de la mujer, aún permanece una desconfianza hacia el feminismo, con anarquistas y otros socialistas a veces tomando distancia de éste porque a menudo carece de un análisis de clase. Y sin embargo es al mismísimo feminismo al que debemos agradecer por cada avance real que las mujeres han hecho.

¿Qué tan relevante es la clase cuando se trata de sexismo?

¿Cuáles son las aproximaciones comunes al feminismo por los anarquistas que levantan la lucha de clases hoy? En un extremo de reacción contra el feminismo tenemos el punto de vista absolutamente reduccionista a la clase: Sólo importa la clase. Este punto de vista dogmático tiende a ver al feminismo como divisionista (¿de seguro que el sexismo no es más divisionista que el feminismo?) y una distracción de la lucha de clases y se agarra de que cualquier sexismo que de hecho existe va a desaparecer automáticamente con el fin del capitalismo y la sociedad de clases.

Sin embargo, un enfoque más común desde el anarquismo al feminismo es la aceptación de que el sexismo sí existe, no va a extinguirse automáticamente con el fin del capitalismo y se necesita luchar contra él aquí y ahora. Aún así, como se mencionó antes, a las anarquistas les cuesta dolores separarse ellas mismas del feminismo "convencional" por su falta de análisis de clase. En su lugar, se acentúa que la experiencia del sexismo es diferente en cada clase y que por ende la opresión de las mujeres es un tema de clase. Es muy cierto que la riqueza mitiga en cierta medida el efecto del sexismo: Es menos difícil, por ejemplo, obtener un aborto si no tenés que preocuparte sobre cómo juntar el dinero para el viaje al exterior; temas sobre quién hace la mayor parte del trabajo doméstico y el cuidado de los niños se vuelven menos importantes si podes pagar a alguien más para que ayude. También, dependiendo de tu trasfondo socioeconómico tendrás diferentes prioridades.

De todas maneras, en este constante acento sobre como la experiencia del sexismo está diferenciada por clase, los anarquistas parecen pasar por alto o ignorar algo que también es cierto: que la experiencia de clase está diferenciada por sexo. El problema, la injusticia, del sexismo es que hay relaciones desiguales entre mujeres y hombres dentro de la clase trabajadora y de hecho en toda la sociedad. Las mujeres siempre están en desventaja respecto a los hombres de su propia clase.

En mayor o menor medida el sexismo afecta a las mujeres de todas las clases; sin embargo un análisis feminista que no enfatice la clase es a menudo objeto de crítica. ¿Pero es relevante la clase para todos los aspectos del sexismo? ¿Cómo es relevante por ejemplo la clase en la violencia sexual? La clase de seguro que no siempre es el punto más importante en todos los casos. A veces hay una insistencia en tomar un análisis de clases para todas las posiciones feministas como si se necesitara darle credibilidad al feminismo, para validarlo como una lucha que valga la pena para los anarquistas que levantan la lucha de clases. Pero esta instancia pasa por alto lo central que es, de seguro, que estamos contra el sexismo, ¿en todas sus formas a cualquiera que afecte?

Si una persona es golpeada a muerte en un ataque racista, ¿necesitamos saber la clase de la víctima antes de expresar rabia? ¿No nos concierne el racismo si resulta que la víctima es un miembro bien pago de la clase dominante? De manera similar, ¿si alguien es discriminado en el trabajo por su raza, sexo o sexualidad, sea esa persona personal de limpieza o un profesor de la universidad, de seguro en ambos casos está mal y está mal por las mismas razones? Claramente, la liberación de la mujer es, por propio derecho, algo por lo que vale la pena luchar como, en general, la opresión y la injusticia son cosas contra las que vale la pena luchar, no importa la clase del oprimido.

¿Mujeres y hombres del mundo unidos contra el sexismo?

Dado que una cosa que las mujeres tienen en común a través de las clases y las culturas es la opresión, hasta cierto punto, ¿podemos nosotras como sexo llamar a las mujeres (y hombres) del mundo a unirse contra el sexismo? ¿O hay intereses de clase opuestos que harían inútil tal estrategia?

Los conflictos de interés de seguro que pueden aparecer entre las mujeres de clase trabajadora y las ricas de clase media o de la clase dominante. Por ejemplo, en Francia, en una conferencia feminista en 1900 las delegadas se dividieron ante el tema del mínimo salario para las sirvientas domésticas, medida que habría lastimado los bolsillos de aquellos que podían pagar sirvientes. Hoy, las consignas por ausencia con goce de sueldo por paternidad o los servicios de guarderías enfrentarán la oposición de los dueños de los negocios que no quieren que achiquen sus ganancias. El feminismo no es siempre bueno para la generación de ganancias en el corto plazo. Las luchas por la igualdad económica con los hombres en la sociedad capitalista necesariamente incluirán una lucha continua y permanente por reivindicaciones -esencialmente una lucha de clase.

Entonces, los diferentes intereses de clase pueden a veces poner obstáculos a la unidad feminista en un nivel práctico. Es de todas maneras mucho más importante para los anarquistas acentuar la conexión con el más amplio movimiento feminista que enfatizar las diferencias. Después de todo, las clases dominantes están en minoría y la vasta mayoría de las mujeres en la sociedad comparten un interés común en ganar la igualdad económica con el hombre. Además, muchas temáticas feministas no están afectadas por tales conflictos de interés basados en la clase pero conciernen a todas las mujeres en distinto grado. En lo que tiene que ver con los derechos reproductivos, por ejemplo, los anarquistas en Irlanda hemos estado y continuamos estando involucrados en grupos pro-choice [por la legalización del aborto] al lado de partidos capitalistas sin comprometer nuestras políticas porque, en lo que tiene que ver con la lucha contra el sexismo que niega a las mujeres el control de sus propios cuerpos, ésta es la mejor táctica. Finalmente, vale la pena también notar que a menudo el rechazo del "feminismo de clase media" viene de los mismos anarquistas/socialistas que abrazan la definición marxista de clase (dada al inicio de este artículo) que ubicaría a la mayoría de las personas de clase media firmemente en el rango de la amplia clase trabajadora.

Reformas, no reformismo

Hay dos enfoques que podemos tomar hacia el feminismo: nos podemos distanciar de otras feministas enfocándonos en la crítica al feminismo reformista o podemos apoyar totalmente la lucha por las reformas feministas mientras permanentemente decimos ¡Queremos más! Esto es importante especialmente si queremos hacer al anarquismo más atractivo a las mujeres (una encuesta reciente del Irish Times mostraba que el feminismo es importante para más del 50% de las mujeres irlandesas). En la visión anarcocomunista de la sociedad futura con su principio guía, a cada cual según sus necesidades, de cada cual según sus posibilidades, no hay parcialidad institucional contra la mujer como la hay en el capitalismo. Además de los beneficios tanto para las mujeres y hombres el anarquismo tiene un montón para ofrecer a las mujeres en particular, en términos de libertad sexual, económica y personal yendo más profundo y ofrece sobre todo más que cualquier igualdad precaria que pueda ser alcanzada bajo el capitalismo.

Deirdre Hogan (originalmente publicado en RAG nº2, otoño del 2007)

viernes, 18 de febrero de 2011

C U A T I C O !!!

Pa ke cachen la volaita de la "tierra de la libertad"...

En los Estados Unidos una ley autorizaría matar a los médicos que realicen aborto

La ley conocida como “Proyecto de Ley 1171” ya ha sido aprobada en comisión y ahora debe ser examinada y considerada por la Cámara de Representantes del Estado de Dakota del Sur. Esto permitiría en teoría, a “un padre o una madre […] matar a cualquiera que trate de practicar un aborto a una mujer, incluso si es consentidora”. La ley ampliará la definición de “homicidio justificado”, incluyendo los asesinatos cometidos en el contexto de la defensa del feto.

La ley es defendida por el elegido republicano Phil Jensen, un acérrimo opositor al aborto. El Estado de Dakota del Sur había intentado prohibir el aborto por referéndum en 2006 y 2008, pero la población rechazó la propuesta con un 55% de votos en contra en ambos casos. La propuesta había sido rechazada, no obstante desde 1994 ningún hospital de Dakota del Sur practica el aborto.

La Federación Nacional del Aborto (NAF) dijo que esta ley es nada menos que una invitación a matar a quienes apoyan el aborto. La Federación también nos hace recordar que desde 1993 hubo ocho asesinatos de doctores por la culpa de opositores al aborto, algunos se defendieron invocando el “homicidio justificado”.

Asimismo, la Unión Americana para la Libertad Civil (Aclu) emitió un comunicado atacando el proyecto de ley. Commonweal, una revista católica que se opone al aborto, respaldó una lectura crítica del proyecto de ley.

El periódico estadounidense Mother Jones evoca que además de esta ley, existe otra, llamada “Proyecto de Ley 1217” que podría ser examinada por la Cámara de Representantes. En ella se obligaría a las mujeres que deseen abortar a seguir una orientación en el Centro de Crisis de las Embarazadas (CPC). Según Mother Jones, el CPC no está regulado de ninguna manera, sus empleados no son médicos ni enfermeras, pero los voluntarios son a menudo controlados por los grupos anti-aborto cristianos.

Este jueves 17 de febrero, el proyecto de ley estatal para ampliar la definición de homicidio justificado en Dakota del Sur se aplazó indefinidamente, luego de un escándalo sobre si la legislación pondría en riesgo a los médicos que realicen abortos. El Presidente de la Cámara de Representantes dijo que la legislación está en manos de los representantes. Un portavoz del gobernador del Estado, Dennis Daugaard dijo: “Está claro que el proyecto de ley en su forma actual es una muy mala idea.”


Por Nicolas Loonis

El Ciudadano

fuente: http://www.elciudadano.cl

viernes, 21 de enero de 2011

Organizaciones de defensa de minorias sexuales en picada contra proyecto de ley homofóbico


En las agrupaciones defensoras de los derechos de los homosexuales afirman que el proyecto, presentado por tres senadores de Renovación Nacional, tiene su origen en acuerdos entre éstos y sectores de la Iglesia Evangélica.

El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) calificó como una violación al Estado Laico, el proyecto presentado por los senadores de Renovación Nacional (RN) Francisco Chahuán, Antonio Horvath y Baldo Prokurica, el cual busca modificar el artículo 1 de la Constitución Política, estableciendo que la unión matrimonial es exclusiva entre un hombre y una mujer.

Con este proyecto de ley, el Movilh, según su máximo líder, Rolando Jiménez, considera que se está promoviendo la discriminación contra las minorías sexuales, mediante el uso de la misma legislación.

Ante esta situación, dicha agrupación envió una carta a los parlamentarios que presentaron dicho proyecto de ley, misiva que no ha sido respondida. En ella, la agrupación señala que se busca violar el principio de igualdad legal garantizado en la Constitución, teniendo como objetivo impedir el matrimonio entre personas homosexuales.

Al respecto, Rolando Jiménez, dirigente del MOVILH, señala que ya se había intentado hacer lo mismo el año pasado. “Sectores de las iglesias evangélicas se reunieron con veinte senadores, de los cuales sólo estos tres decidieron finalmente presentar este proyecto” señaló. Según Jiménez, dicho proyecto de ley se presentó como “pro-familia”, ante lo cual, expresa que en realidad, “lo que se busca es consagrar la discriminación contra personas que tenemos una declaración sexual distinta” y así clausurar la posibilidad de que las minorías sexuales puedan hacer uso de la institución del matrimonio.

Proyecto Homofóbico

Para el Movilh, lo que han hecho estos senadores es establecer un antecedente nefasto, porque se está permitiendo la intromisión de las iglesias en la construcción de las leyes. Jiménez señala que “este es un proyecto que tiene su origen en los sectores más homofóbicos de la sociedad chilena”, y afirma que en Chile “el Estado laico es una declaración de buenas intenciones”. Ello, porque es conocida la intromisión de las iglesias –fundamentalmente de las jerarquías- en el debate y elaboración de diversas políticas públicas que se han intentado implantar en el país en lo últimos años, como el aborto terapéutico, la pastilla del día después o el reconocimiento de los pueblos indígenas.

Semejante opinión tiene Fernando Muñoz, coordinador político del Movimiento Unificado de Minorías Sexuales (Mums), quien afirma que este proyecto es “un salto atrás. Nosotros lo entendemos prácticamente como una declaración de guerra”, agregando que ahora los parlamentarios, que se habían mostrado proclives a avanzar en el reconocimiento de derechos de los homosexuales, están mostrando su verdadero rostro ante la ciudadanía. Peor aún, implica crear –en palabras de Muñoz- “un verdadero apartheid sexual”, ya que significa relegar al mundo homosexual a una ciudadanía de segunda categoría.

En referencia al proyecto de ley de los senadores RN, se busca establecer que “las especiales características del vínculo matrimonial están determinadas por su naturaleza antropológica y sagrada, de acuerdo a las creencias religiosas y por la importancia que esta institución tiene en el plano social”. Para los autores, estas características conllevarían por tanto, que el matrimonio deba ser protegido por la ley y el Estado.
Añaden, desde el Mums, que de la mano de la época moderna “ha surgido una suerte de crisis en la vigencia y conceptualización de instituciones tan fundamentales como el de familia y el matrimonio, motivada por factores tan disímiles como la pérdida de valores, el influjo de la sociedad de consumo en la definición de los proyectos personales y de pareja”.
Frente a ello, en la misiva del Movilh se establece que las familias no se definen por sus componentes, sino por la existencia de un sentimiento de amor entre sus integrantes. La visión conservadora sobre la vida y sobre el matrimonio en particular, ha sido la que ha predominado en nuestra sociedad desde siempre, no obstante, según Jiménez, “la sociedad ha ido avanzado, dispuesta a defender los valores, la dignidad y los derechos” de las personas homosexuales. Ante el largo y dificultoso camino que ha significado el reconocimiento de las minorías sexuales por parte de la sociedad, Jiménez afirma que “hay un tema que tiene que ver con la naturaleza cultural y ética de la sociedad y política chilena”. Pese a ello, resulta positiva la cada vez más aceptación y tolerancia de las personas hacia estos grupos, aunque exista un largo camino aún por recorrer.

Al respecto, Jiménez afirma que “tenemos una clase política transversalmente conservadora en aquellos temas que ellos llaman valóricos, pero para nosotros son de justicia social”, asimilando la lucha de los homosexuales para lograr su reconocimiento, con otras luchas reivindicativas como la del pueblo mapuche o la defensa de los derechos de la mujer.

Propuesta de corta vida

Una de las mayores preocupaciones que pueden existir ante proyectos como estos, son las consecuencias que pueden traer a futuro, ya que pueden representar en definitiva, pequeños retrocesos para un recorrido largo y que no ha estado exento de dificultades, como es el reconocimiento definitivo de las minorías sexuales como sujetos ciudadanos.

Al respecto, Fernando Muñoz, del Mums hace patente su molestia ante este hecho, puesto que en noviembre de 2010, ellos habían tenido reuniones, precisamente, con el senador Chahuán y miembros de Renovación Nacional, donde se había acordado nuevas reuniones entre ambas agrupaciones, las cuales finalmente no se produjeron. Más aún cuando este partido, según Muñoz, “se mostró muy dispuesto a conversar y a discutir estos temas”.

Se debe recordar además, que en Chile no se ha logrado aprobar la ley contra la Discriminación, básicamente por las fuertes presiones que estos sectores religiosos involucrados en la generación de este proyecto de ley realizan en el mundo político.

Sin embargo, Jiménez cree que esta propuesta de ley no va a continuar su tramitación, ya que a los sectores de las iglesias evangélicas que intentaron impulsarlo no les fue bien desde un principio, puesto que –salvo los tres senadores RN- no tuvo la acogida que esperaban en el Congreso.

“Es un gesto demagógico de un grupo conservador a las iglesias evangélicas”, afirma, y confía que después de todo, será la ciudadanía la que impida seguir avanzando. Por otro lado, el Movilh se encuentra trabajando de forma transversal, tanto con parlamentarios de la Alianza como de la Concertación, evitando que este proyecto pueda ser aprobado.

En el Congreso no habría votos para aprobar una ley de esta naturaleza, no sólo por incumplir tratados internacionales o por sobrellevar la constitucionalidad vigente. Ni siquiera porque los parlamentarios lo consideren así, más aún cuando, como en este caso, algunos parlamentarios “hablan una cosa en privado, y hacen otra cosa en público”, dice Muñoz.

Christian Armaza

Fuente: El Ciudadano

martes, 18 de enero de 2011

Aborto en Chile: Cosas de dos no son de Dios


De la unión sexual del hombre y la mujer, que ocurre libremente a propósito del placer, la pasión y/o el amor, y cada vez menos tras convenciones católicas, puede nacer vida humana. Para algunos deseada y esperada, para otros un error o algo que simplemente no querían para su proyecto presente o futuro.

Existen embarazos producto de actos de violencia sexual, otros se producen por falta de una educación sexual clara y oportuna, muchísimas mujeres son abandonadas por los progenitores y terminan con la barriga en creciente, muchas veces abrumadas tras un cobarde “si te he visto no me acuerdo”. Otros embarazos ocurren por un mal uso o falla en métodos anticonceptivos, cualquiera sea el que se escoja, y otros porque simplemente no existió prevención del embarazo alguna. Sea por el motivo que sea, miles de mujeres en Chile llegan a la decisión personal y declaran: Yo decido abortar.

Pero la cacería de brujas no cesa contra ellas, atrapados aún por el fundamentalismo de una religión que parece olvidar que con la Constitución de 1925 se separó al Estado de la Iglesia, y dejó a Chile como un país laico, pero…, la Iglesia sigue inmiscuyéndose en “griales” ajenos.

Hoy, en Chile, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) se practican cerca de 160 mil abortos al año, muchos de ellos sin las condiciones apropiadas, asistencia médica y con riesgo de vida para la madre e incluso a riesgo de enfrentar penas carcelarias.

Este país no se caracteriza por tener una política de educación clara y directa en materia de educación sexual. Además, suma la carencia de garantías de igualdad de oportunidades brindadas al momento del parto y el desarrollo del infante -situación que sin duda mejoró la doctora Bachelet, aunque no le puso remedio-, y mucho menos ofrece garantías para que las mujeres tengan condiciones laborales que favorezcan los múltiples roles que deben asumir en la vida familiar. Ante ese panorama, los factores que influyen al tomar una decisión de paternidad-maternidad, objetivamente afectan en mayor medida al mundo femenino que al masculino.

Detrás del tema de un aborto y más allá de los primeros responsables, hombre y mujer, se encuentra siempre el Estado y su política pública de salud, la Iglesia, la medicina y últimamente, más presente, la industria farmacológica, cuyos intereses afectan mucho más que la mera salud de la ciudadanía, pero abre las puertas al uso de mecanismos que pueden evitar mayores sufrimientos para la mujer, como puede ser el llegar a un aborto mediante intervención clínica, actuando como inductores abortivos.

Pero el debate moral de la vida, habiendo aún tantas armas asesinas sobre la Tierra y toda una industria que sustenta la muerte, se traslada hipócritamente al nacimiento de un ser que no les incumbe, violándose el derecho al plan de la propia vida de quien decide un aborto.

Sabemos que este es un tema complejo y de posiciones encontradas, desde El Ciudadano simplemente hemos decidido abrir en nuestras páginas el debate en pro de que existan las garantías públicas necesarias para una educación sexual sin tabúes, que permita llegar a un embarazo que sea idealmente planificado; que sea una alegría y no un tormento, y donde la voluntad de los progenitores, si se inclina por la interrupción del nacimiento, pueda ser realizada con la mayor seguridad y el menor dolor para la paciente -tanto físico como emocional-. Y mucho menos con penas de cárcel.

Chile es uno de los cinco países en el Mundo que no han legislado respecto del aborto y, sin embargo, autoriza la “inducción del parto” después de las 24 semanas de gestación, que en un alto porcentaje termina con un bebé que nace muerto o fallece a las pocas horas de agonía. Un recurso que se utiliza para legalizar con otro nombre lo que se elude en normar, dando cuenta de una clase política de doble estándar y que se jacta de ser representante de un Estado moderno y ad portas del desarrollo en lo económico, pero que se queda estancado y es retrógrado en materias como la aludida que claramente afecta la calidad de vida de sus habitantes.

Finalmente, y en ese orden de cosas, instamos a los legisladores nacionales, a los senadores Fulvio Rossi (PS), quien junto a su par de la UDI, Evelyn Matthei, en acto de política transversal presentaron el proyecto de Ley de aborto terapéutico e ir más allá, a seguir adelante y no dejar que los sectores conservadores y criminalizadores de lo absurdo, levanten una cortina de humo para desviar la atención respecto de tan importante debate y trámite legislativo de un proyecto que sólo busca evitar sufrimiento a los reales interesados. Cosas de dos, no son de Dios.

Además lea sobre la masiva movilización ciudadana en Magallanes, que sigue de pie. Los negocios de los bancos tras la intervención a las favelas de Río de Janeiro. La realidad de las televisoras comunitarias frente a la televisión digital y la nula democratización de las comunicaciones que este proceso conlleva. El proyecto de extracción de carbón del grupo Angelini en la Patagonia que amenaza el hábitat de las especies del emblema nacional, cóndores y huemules, entre muchas otras especies. El caso del cierre de La Nación y la precariedad laboral en los medios de comunicación.

Y como siempre Cultivos Chilenos, los espacios de arte de El Ciudadano y los sesudos análisis y comentarios de los columnistas de Polítika.

miércoles, 12 de enero de 2011

DECLARACIÓN PÚBLICA: Aborto Terapéutico, una Deuda con los Derechos de las Mujeres...

En Chile se ha instalado con fuerza el debate sobre la reposición del aborto terapéutico, a partir del testimonio de una periodista afectada por un embarazo con feto inviable, quien se vio imposibilitada de abortar. Su franco reclamo, escuchado en la televisión por millones de personas, ha abierto a la discusión pública un tema tradicionalmente silenciado e incluso vetado en los debates nacionales. Otras mujeres en condiciones similares ya han comenzado a dar testimonios conmovedores.

A raíz de ello se han presentado dos proyectos de ley sobre aborto terapéutico que se suman a propuestas anteriores; y que avanzan en el sentido de reponer un derecho que fue cercenado por la dictadura militar. El gobierno de Sebastián Piñera, sin embargo, ya ha anunciado que no respaldará ninguna legislación en este sentido, demostrando con claridad su total irrespeto con la vida, la salud y los derechos de las mujeres.

Efectivamente, el aborto terapéutico estuvo vigente en el país desde el año 1931 hasta 1989, cuando fue derogado por el régimen dictatorial de Pinochet, en directa connivencia con la jerarquía de la iglesia católica. De regreso a la democracia, ningún gobierno se ha comprometido a saldar esta deuda histórica con los derechos humanos de las mujeres.

Por lo tanto, sostenemos que en Chile los derechos humanos de las mujeres en sexualidad y reproducción no son reconocidos, respetados ni protegidos, y que el Estado es responsable directo de esta grave omisión, siendo la penalización absoluta del aborto, incluso del terapéutico, la prueba más palpable de ello. Esto significa que si una mujer corre riesgo de vida y de salud por la gestación, si esta es producto de violación, o si el feto presenta gravísimas malformaciones, se verá impedida de solicitar una interrupción segura y legal del embarazo, y si decide no continuarlo, deberá acudir al mercado ilícito del aborto clandestino. Esta imposición de la institucionalidad del Estado respecto de lo que pueden o no pueden hacer las mujeres con sus vidas y sus cuerpos, es inaceptable y transgrede los principios éticos de autodeterminación y autonomía a los que todo ser humano debe tener derecho.

Anualmente, entre 120.000 y 160.000 mujeres de distintas edades y condición social se realizan abortos clandestinos en el país, la mayoría de ellos insalubres, a manos de personas no capacitadas, corriendo el riesgo de ser denunciadas, encarceladas, maltratadas, e incluso de morir a causa de estos procedimientos riesgosos, o quedar con secuelas irreversibles, como la infertilidad. Por el contrario, las mujeres con recursos suficientes acceden a abortos seguros, aunque clandestinos, en clínicas con buena calidad de atención, y no son condenadas penal ni socialmente por su decisión, lo que hace visible la existencia de un vergonzoso doble estándar social.

Por lo tanto, la penalización total del aborto en Chile constituye un grave problema de salud pública, pero también de derechos humanos y de justicia social, pues son las mujeres pobres quienes se ven gravemente afectadas por esta legislación punitiva, la que constituye una forma explícita de discriminación, inequidad, violencia y tortura que la institucionalidad del Estado impone sobre ellas, con el apoyo activo de entidades como la Iglesia Católica y otras. Esto contraviene el espíritu de diversos tratados de derechos humanos ratificados por Chile, como la Declaración Universal de DDHH, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, entre otros, que lo obligan a cautelar y proteger una serie de derechos humanos de las mujeres. Ante ello, diversos Comités de la ONU han solicitado reiteradamente al Estado chileno reparar esta situación, sin obtener respuestas satisfactorias.

Una maternidad no debe ser impuesta por mandatos culturales o religiosos ni por leyes castigadoras que, en la práctica, constituyen un gran fracaso legislativo. De hecho Chile es uno de los países con mayores tasas de aborto en nuestra región latinoamericana y caribeña. Frente a ello, llamamos a la sociedad en su conjunto, y a todos los movimientos sociales que defienden los derechos humanos en el país, la región y en el mundo, a unirse solidariamente con una campaña ciudadana para exigir al Estado chileno la inmediata revisión de la legislación punitiva sobre el aborto, así como también para que cesen las persecuciones de las mujeres que abortan, quienes a menudo son delatadas en los mismos servicios de salud, convertidos en agentes de la persecución penal del Estado.

miércoles, 5 de enero de 2011

A los pies del Cerro Welen se conmemoraron 3 años del asesinato bajo el gobierno de Michelle Bachelet de Matías Catrileo

Con una masiva convocatoria, que reunió cerca de 200 personas, se recordó en Santiago el cobarde asesinato del estudiante mapuche, Matías Catrileo Quezada, ocurrido la madrugada del 3 de enero de 2008 producto de un disparo por la espalda. Su asesino, el cabo de Fuerzas Especiales de Carabineros, Walter Ramírez.

Cerca de las 20.30 hrs, este lunes 3 de enero, en la Plaza Miraflores situada al costado del Cerro Welen, se dio inicio a un yeyipun (rogativa mapuche) dirigida a la meli wixan mapu, (cuatro puntos de la tierra). Posteriormente, se realizó un breve pero emotivo recorrido a los pies del cerro en dirección a la Alameda, para concluir con la velatón programada para la actividad conmemorativa. Este trayecto estuvo acompañado de ulkantun, purrun y consignas alusivas a la memoria del estudiante mapuche. La velada convocada por la familia Catrileo Quezada y el colectivo Pu Weichafe 3 de enero, concluyó pasadas las 23 hrs.

Estos días se recuerda el trágico episodio que enlutó al movimiento mapuche, el jueves 3 de enero de 2008, tras conocerse la noticia sobre la muerte del universitario mapuche, Matías Catrileo, en circunstancias en que un grupo de comuneros se disponía a realizar una recuperación territorial en el ex Fundo Santa Margarita, de propiedad, en aquel entonces, de Jorge Luchsinger, terrenos que fueron devueltos a la comunidad de Yeupeco tras lo sucedido.

A tres años de los hechos y aunque el uniformado fue identificado, encontrado culpable por su desmedido actuar y condenado a tres años y un día de pena remitida, aún permanece en servicio activo al interior de la institución estatal en la zona de Coyhaique, donde se desempeña en la central de comunicaciones. La familia Catrileo Quezada señala no estar dispuesta a aceptar esta sentencia por lo que ya presentó un recurso de casación objetándola, cuestión que debe ser resuelta por la Corte Suprema, y donde esperan obtener una sentencia acorde al delito cometido.

El llamado de la familia a recordar y manifestarse este 3 de enero por el asesinato de Matías, fue replicado simultáneamente en territorios como: Valparaíso, Temuco y Puerto Montt. La idea no sólo era conmemorar el tercer aniversario de su muerte, sino repudiar todas las formar de represión que ejerce el Estado chileno coludido con los empresarios de este país en contra de las comunidades y el pueblo mapuche en su conjunto.

La “mano dura” de Michelle Bachelet

A menos de 72 horas de iniciado el 2008 y a tan sólo días de finalizar la primera etapa del mandato de Michelle Bachelet, los medios de comunicación iniciaron sus informativos anunciando el “enfrentamiento entre mapuche y Carabineros en la zona de la Araucanía.” Situación que tuvo como consecuencia la muerte del estudiante mapuche Matías Catrileo Quezada de 22 años.

Según los primeros informes proporcionados por los reporteros de la zona, se hablaba de la “supuesta muerte del comunero”. Sin tener certeza de lo sucedido, los periodistas avalaban la tesis de un nuevo atentado incendiario en contra del predio de Jorge Luchsinger. Prestando nula importancia a la violencia con la que actúo la fuerza policial, en el caso que se comprobará el deceso del universitario. Hasta el último momento presentaron la acción a la opinión pública como un “enfrentamiento” protagonizado por comuneros mapuche que ingresaron sin autorización al fundo Santa Margarita de propiedad del latifundista.

Era pasado el medio día del 3 de enero y el gobierno, de ese entonces, no se atrevía a dar una declaración oficial sobre lo ocurrido en la Novena Región. No obstante, el Ministro del Interior (s) Felipe Harboe no escatimaba en señalar a la prensa su repudio a los hechos de violencia protagonizados por mapuche, además de exigir la entrega del cuerpo del joven abatido y no haciendo alusión alguna respecto al excesivo actuar por parte del personal policial que custodiada el predio esa madrugada.

La muerte del joven comunero reactivó inmediatamente el clima de tensión en la zona de la Araucanía, llegando a tal punto que el Gobierno anunció, en menos de una semana de ocurrido la muerte del estudiante mapuche, la creación del “comité de crisis”, encabezado por el Ministro del Interior Edmundo Perez Yoma, el Ministro de la Secretaría General de la Presidencia Jose Antonio Viera Gallo y la Ministra de MIDEPLAN, Paula Quintana. A este trío de ministros se incorporó Rodrigo Egaña, como “Coordinador de Políticas Indígenas”, aplicando una vez más la misma fórmula del año 2002 cuando el Gobierno de Lagos comenzó la irrupción contra el movimiento mapuche, y puso en marcha el plan denominado “Operación Paciencia”, encabezado por el entonces Mayor de Carabineros Hernando Hevia Hinojosa, maniobra que estuvo dirigida en contra de la organización mapuche Coordinadora Arauco-Malleco (CAM).

La herencia de Lagos en el mal denominado “conflicto mapuche” estuvo y está lejos de ser un simple escollo en la administración Bachelet y actual gobierno de Sebastián Piñera. El encarcelamiento como método de mesura, sigue siendo hasta el día de hoy una fallida táctica utilizada por el Estado que tiene como único fin la misma lógica de hostigamiento, opresión y genocidio en contra de un pueblo y sus derechos fundamentales. Pensar que aplicando medidas de criminalización, era una buena técnica de amedrentamiento para poner fin a las demandas históricas del pueblo mapuche, fue desconocer una lucha de antaño. Por el contrario, estas leyes represivas sólo han ayudado a aumentar el clima de tensión en la zona y de ningún modo ha logrado propagar la sensación de temor en el pueblo mapuche.-


POR CAROLA PINCHULEF / MAPUEXPRESS Informativo Mapuche – miércoles 5 de enero de 2011

lunes, 3 de enero de 2011

Información útil pal verano...

CABRXS, VOLVEMOS A PUBLICAR ESTE VIDEITO AHORA KE SE VIENE EL VERANO, CON EL LAS VACACIONES Y PLACERES LOCOS... PA KE NO LES PASEN GATO POR LIEBRE Y DISFRUTEN PULENTITO Y TRANKILITXS!!

¡¡¡ATENTXS!!!

P.D: DEJAMOS EN CLARO KE SABEMOS KE NO SOLO CON RELACIONES HETEROSEXUALES SE DISFRUTA, ESTO SOLO ES UN APORTE...=)