domingo, 26 de diciembre de 2010

VIOLENCIA DE GÉNERO: de la imagen al cuerpo.

SEMlac.- La violencia contra las mujeres se ejerce no solo en el plano físico, psicológico, económico, legal, político y laboral. Los medios de comunicación masiva, el cine, la publicidad y el video clip son también espacios de perpetuación de la violencia de género.



Así lo expresaron especialistas, realizadoras, líderes indígenas latinoamericanas y estudiantes durante los debates del taller Imágenes Generan Reflexión. Acerca de la Violencia de Género y su Representación Audiovisual, convocado por la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV) de San Antonio de los Baños, en La Habana, en el contexto de la Jornada por la No Violencia contra las Mujeres.

"El tratamiento que hoy tipifica a los grandes medios de comunicación masiva y su expresión en las industrias culturales es profundamente sexista y, por tanto, es violencia simbólica hacia las mujeres", señaló la periodista cubana Isabel Moya Richard, directora de la Editorial de la Mujer de la Federación de Mujeres Cubanas.

La también presidenta de la Cátedra de Género y Comunicación del Instituto Internacional de Periodismo José Martí habló del papel de los medios de comunicación como uno de los socializadores más importantes en la contemporaneidad, que establece referentes para las personas y ha llegado a sustituir, en algunas sociedades, el protagonismo de la familia y la iglesia.


El concepto de violencia simbólica fue establecido por el teórico francés Pierre Bourdieu como la articulación de mecanismos, imágenes y prácticas que tratan de imponer una visión del mundo que se pretende legítima.

"Me parece central dejar esclarecido que toda relación social se estructura a nivel simbólico y todo orden simbólico se establece como discurso", dijo Moya, explicando cómo, en pleno siglo XXI, se continúan reproduciendo roles e imaginarios decimonónicos.

Con nuevas ropas, retoques estéticos y halo de contemporaneidad se perpetúa el poder masculino, al tiempo que se vende una imagen que induce a las mujeres a construir una identidad basada en su representación como objeto y víctima, promoviendo el inmovilismo y la desarticulación ciudadana.



La publicidad y el video clip constituyen discursos fundamentales en la actualidad, aseguran especialistas. Hijos de las sociedades capitalistas y globalizadas, ambos venden la imagen de las mujeres como meros objetos de deseo e intercambio comercial.

El cuerpo femenino se fragmenta y cosifica de tal manera que pierde su esencia como ser humano, relegando la existencia femenina al ámbito de la biología, indica la periodista Lirians Gordillo en su investigación "La representación de género en el video clip cubano actual", que en 2008 analizó más de 25 productos de ese tipo hechos en la isla.

Gordillo describe que, en esos espacios de comunicación, se construye una imagen de mujer eternamente joven, delgada, blanca y con rasgos faciales simétricos, referentes con implicaciones en la vida cotidiana y de manera especial en la salud de las mujeres.

Especialistas llaman la atención ante la tan alarmante proliferación de las llamadas "enfermedades de la belleza", como lo son la anorexia y la bulimia, además del incremento de las cirugías estéticas en las adolescentes y jóvenes.

Sin embargo, la violencia simbólica tiene diferentes significados para las mujeres en diversas regiones y culturas. Además de negar la diversidad y los límites del cuerpo, se violenta y discrimina mucho más a las negras, asiáticas y a las indígenas de América Latina, quienes no encuentran referentes acordes a su cultura en las trasnacionales mediáticas.

Para Evelin Acosta, coordinadora de la Asociación Fuerza de Mujeres Wayuü-Sütüin Jieyü Wayuü, la violencia de género se relaciona también con la explotación indiscriminada de los recursos naturales.

La Asociación Fuerza de Mujeres Wayuü-Sütüin Jieyü Wayuü es una organización orientada a la protección y exigencia de los derechos de los pueblos indígenas en Colombia y especialmente el Wayuü.

"Si destruyen y maltratan la madre tierra, también violentan a cada uno de sus hijos e hijas, se rompe el contacto espiritual que tenemos con ella, provocando la pérdida y extinción de cada pueblo y su cultura", declaró Acosta.

En opinión de Moya, una estudiosa de los nexos entre la teoría de género y la de comunicación, "la identidad cultural se cuenta, por eso los medios tienen que ser hoy un espacio que, desde los estudios de comunicación, incorporen en su andamiaje teórico todos los aportes del feminismo y de la teoría de género".

La periodista insiste en que el análisis del sexismo en los medios no puede quedar circunscrito al sexismo en el lenguaje. "Si bien esta dimensión resulta muy importante, debemos llegar a analizar sus causas estructurales", comentó.

Entre las condicionantes estructurales están las ideologías profesionales, las leyes del mercado, las políticas culturales y de medios que reproducen de manera constante el sistema de dominio patriarcal.

En su artículo "Género, feminismo y patriarcado", la feminista e investigadora costarricense Alda Facio menciona, entre las instituciones de las sociedades patriarcales, al lenguaje ginope (cuando en una cultura el lenguaje no registra la existencia de una sujeta femenina), la familia patriarcal, la educación androcéntrica, la maternidad forzada, la historia robada, la heterosexualidad obligatoria, las religiones misóginas, el trabajo sexuado, el derecho masculinista, la ciencia monosexual y la violencia de género, entre otras.



Publicado por Género con Clase

domingo, 19 de diciembre de 2010

Juguetes sexistas en navidad...



Este artículo es del año 2008, pero está tan vigente como la reseña que dentro de el hace. Es una contribución a una pequeña reflexión.

En un encantador anuncio navideño de la tienda barcelonesa Almacenes Alemanes, fechado en 1935, aparecen dibujados niños y niñas que interactúan con diferentes juguetes. Ellos blanden espadas, conducen coches y construyen mecanos. Uno, disfrazado de indio, monta a lomos de su padre, que le hace de caballo. En cuanto a las niñas, varias transportan muñecos entre los brazos, una empuja un cochecito de bebé y otra cocina castañas. Incluso hay una que sirve un cóctel a un niño disfrazado de cazador. Pues bien: la (mala) noticia es que el actual panorama no es muy distinto.Los fabricantes de juguetes y sus respectivas agencias de publicidad siguen empeñados en utilizar la diferencia de género como herramienta de venta a toda costa, tal que si el tiempo se hubiese detenido para ellos en 1935.

La última en alertar de la situación ha sido la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (CEACCU): «Sobre el género, persiste en las campañas promocionales la narración sexista: a pesar de que preferentemente el protagonista es mixto, la publicidad de juguetes en su conjunto reproduce un discurso sexista».

Un niño español ve una media de 49 anuncios al día (cifra que aumenta extraordinariamente en el periodo cercado a la Navidad, con sesiones de más de 20 anuncios seguidos en cada pausa entre programas). Según Norminanda Montoya Vilar, profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona y autora de la investigación El papel de la voz en la publicidad audiovisual dirigida a los niños, el bombardeo publicitario es especialmente crítico en la etapa que va desde los cuatro hasta los siete años, cuando la personalidad no está definida y resulta más influenciable. Según estudios realizados por el especialista en psicología infantil Kenneth O' Bryan, los anuncios se convierten en un eficaz instrumento de enseñanza para grabar cualquier idea relativamente simple en la mente infantil. Y en ese mundo de las ideas están integradas las actitudes y los valores. Así, la publicidad de juguetes ejerce un poderoso influjo sobre la descripción que el niño se hace de su sexo y del contrario.

El lenguaje no es un vehículo menos poderoso para estos prejuicios.El de los anuncios para niñas es eminentemente cursi, con superabundancia de diminutivos (pastelitos, casita, perrito, dedito...) y expresiones de ternura (te quiero tanto, necesitaba mi amor...), mientras que en los dirigidos a los varones los rasgos dominantes son los aumentativos (acción sin límites, las posturas más arriesgadas...) y la utilización de expresiones ligadas a la competitividad (tú tienes el poder, acabar con tu máximo oponente...). Además, mientras en los primeros predominan las voces suaves femeninas, en los segundos lo hacen las masculinas de tono autoritario (tipo Constantino Romero). «La voz masculina», indica Montoya Vilar, «representa la autoridad y el refuerzo de la autoridad, reflejado en una voz adulta, es muy importante para los niños a la hora de decidir».

Las representaciones del universo adulto propias de cada género tampoco se quedan mancas en lo que a enfoque sexista se refiere.Mientras Action Man (el héroe más grande de todos los tiempos) lucha en las calles contra el Doctor X, Barbie lava a su perrito o prepara «pastelitos y gelatina» en su cocina mágica. Un mundo bipolar cuyos extremos son aparentemente irreconciliables (a pesar de que hoy, defenestrado Ken, Action Man se configure como la mejor opción posible para Barbie) cuyos límites, para ellas, se quedan entre los muros del hogar, y, para ellos... inalcanzables, porque el universo lúdico de los varones es un auténtico macrocosmos donde abundan los mundos fantásticos (Bionicle, Alien Attack, Castillo de Crayskull...).

Cuando la muñeca no está en la cocina, aparece convertida en todo un objeto sexual. Así, las Bratz, con los labios y ojos pintados y «tan atrevidas como tú», prometen a sus compradoras brillar «en la pista y por la noche». Eso sí: como buen objeto, la niña-mujer persiste en su ancestral actitud pasiva. Y como muestra, un botón. Hasbro invita a jugar a Línea Directa así: «Descubre quién te va a pedir salir, adivina quién es el chico misterioso y organiza la fiesta más divertida». Además, se incide en un característico patrón comunicativo femenino, el de la ocultación: «Cuéntale tus secretos a tus amigas».

No se trata de adoptar una postura integrista, falsamente progre y obligar a que los niños jueguen con Barbie Sirenas y las niñas con Hulk (a menos que quieran, claro). De hecho, el problema no está tanto en los juguetes en sí mismos, como en la forma en que la publicidad encaminada a promocionarlos orienta su uso a sólo uno de ambos géneros. El marketing infantil es una disciplina muy desarrollada (empresas como Ericsson tienen departamentos específicos para la investigación de nuevos productos dirigidos exclusivamente a niños) que a veces roza lo maquiavélico. La industria juguetera apuesta por la diferenciación de género porque así su target (público objetivo) está mucho más definido, lo que evita el riesgo de diluir el mensaje. No debemos olvidar que la publicidad no transforma la realidad, sino que se hace eco de ella. Según Raúl Peralba, presidente de la empresa de marketing Positiong System, «la industria juguetera se enfrenta a un dilema: quienes compran los juguetes no son los niños, sino sus padres, y lo que quieren éstos es que sus hijos tengan actitudes de adulto, las que ellos consideran aceptables. Sólo una empresa arriesgada, capaz de superar los prejuicios y los estereotipos, podría vencer este escollo. ¿Cómo? Con responsabilidad social y pensando primero en el niño, en qué le divierte (y no, como se hace ahora, en el margen comercial y en convencer al padre)».Afortunadamente, la sociedad se mueve y algunos fabricantes son conscientes de ello. Como Scalextric (Tecni Toys), en cuyo nuevo anuncio aparecen un niño y una niña jugando con idénticas actitudes.¿Por qué esta apuesta? La propia experiencia de Peralba da respuesta: «Tengo cuatro hijas y todas han jugado con coches por la sencilla razón de que a mí me gustan mucho y eso se transmite».

Y si Tecni Toys lo ha hecho, ¿por qué no MB (Action Man) o Mattel (Barbie)? Es sencillo: quienes compran los juguetes, los adultos, no estarían muy de acuerdo con tamaña liberalización de las costumbres.La mitad de los padres, según las encuestas, creen que hay juguetes propios de niño y juguetes propios de niña.


Fuente: http://www.elmundo.es/cronica/2003/424/1070273711.html

lunes, 13 de diciembre de 2010

La industria cultural: Una guillotina al verdadero rol de la mujer


Por: Victoria Arguello / Género Con Clase


A manera de preámbulo

Para construir el socialismo se requiere emprender una tarea importante: vislumbrar cada uno de los problemas, carencias y necesidades de las masas explotadas, y encontrar su raíz en los problemas estructurales de la latente sociedad capitalista, una vez cometido y entendido esto, la orientación que se le otorgue a la lucha revolucionaria sumado a los constantes deseos de cambio propios del pueblo pueden encaminar la victoria hacia la liberación definitiva.

Históricamente la lucha por la emancipación de la mujer ha tenido la finalidad de saldar una de estas tantas carencias y necesidades vividas por el pueblo, que puede manifestarse en los hogares, sitios de trabajo, medios de comunicación, y en general, en todos los aspectos de la vida social, y que tiene que ver con la discriminación permanente, la violencia, la dominación y en síntesis la opresión hacia la mujer. Por tal razón podría afirmarse que la lucha del género se hace tan imprescindible y urgente en la medida en que se hace también urgente construir una sociedad que de una vez por todas erradique los desmanes del capitalismo.

Desde un principio las sociedades han sumergido a la mujer a distintas formas de dominación, unas más concretas y visibles y otras menos tangibles, y, a pesar de que las sociedades han ido avanzando, estas formas de dominación no se han eliminado, sólo se han innovado y se han sustituido por otras; por esta razón creer que el machismo y la opresión femenina en esta época se han superado, sería caer en una falsa interpretación de la realidad. Dentro de las formas de dominación más visibles y concretas pueden encontrarse el maltrato o violencia doméstica, las deplorables condiciones de trabajo ofrecidas a la mujer, la exclusión en la toma de decisiones políticas y económicas, la marginación social, entre otras tantas; Sin embargo hay una forma de opresión que se trabaja detalladamente por un monstruo político llamado “Industria cultural” que siendo igual de peligrosa, parte de la necesidad que tiene la clase dirigente (la burguesía) de legitimar y convertir en un patrón cultural y de comportamiento la esclavización femenina.

La industria cultural en este campo tiene como principal objetivo condicionar la función de la mujer en la sociedad, así como crear mecanismos (medios de comunicación) que permitan que ésta se convenza de que es ese su verdadero rol, de allí que este condicionamiento de la mujer va a repercutir irremediablemente en una disposición psicológica y finalmente en un comportamiento social; Es entonces como los medios de comunicación lejos de representar los problemas sociales y dentro de ellos los problemas de la mujer, se convierten en instrumentos creados para promover la idea de la mujer servil, subordinada al hombre, cuya única e inmutable aspiración en la vida es la manutención del hogar y los hijos.

Dado este papel de los medios, podría arriesgarse a no denominárseles “de comunicación” sino de difusión o proyección, ya que participando éstos en una longeva estrategia propagandística que promueve ideas falsas sobre la mujer como la debilidad o inferioridad respecto del hombre, no hacen más que proyectar y difundir un estereotipo de mujer relacionado a su reducción a una función reproductiva y sexual.

La publicidad es una de las armas que más dispara hacia la dignidad de la mujer; las agencias publicitarias a nivel mundial emplean y explotan la figura e imagen de ésta para atraer consumidores y posteriormente incrementar las ventas en determinados productos, esto al mismo tiempo está directamente vinculado al refuerzo de un estereotipo de belleza creado por la misma industria cultural que coloca a la mujer como un objeto o como parte del producto a comprar.

Actualmente la publicidad nos introduce una imagen de mujer infravalorada y con una única misión: seducir. El mensaje que nos intentan transmitir muchos anuncios es el siguiente: sexo como premio por la compra de un producto.

Asimismo… “los spots publicitarios siguen mostrando a la mujer como objeto decorativo, premio para el varón o como un personaje secundario. La voz que ofrece seguridad, éxito y grandes logros es siempre la voz de un varón. Incluso el deporte, tan sobrevalorado en la actualidad, muestra a más ídolos masculinos para promocionar un producto que a la mujer deportista, habiendo alcanzado ésta logros similares. La mujer interesa situarla como ama de casa y madre perfecta. Los niños y niñas, según la publicidad, sólo son de las madres. Ellas son quienes van a la farmacia a comprar las papillas, confían en una marca determinada de pañales y saben que leche es la adecuada para los hijos. Los hombres no se deben sentir responsables ante estas tareas, sus hábitos y preocupaciones son otras, más relacionadas con la aventura, el poder, la libertad, etc. que se relacionan con productos de consumo como los coches, artículos de deporte, prendas de vestir de determinadas marcas, bebidas alcohólicas,…” (Natalia González Zaragoza)

La publicidad sexista tiene entonces un doble alcance, es capaz de llegar tanto al hombre como a la mujer; haciéndole creer al primero que es un sujeto con posibilidades de hacer evaluaciones sobre la mujer para finalmente “desearla”, en caso de que ésta cumpla con determinados estándares de belleza; y a la segunda como el objeto evaluado que hace lo imposible por asemejarse al estereotipo de la mujer perfecta para en definitiva ser “deseada” por el hombre; paralelo a esto la publicidad sexista labra un concepto de éxito que radica en ser bello o “poseer una mujer bella”, lo que bien pudiera denominarse como culto a la belleza.

Como es común de la sociedad capitalista esconder la raíz de los problemas sociales y maquillar las vastas realidades, las consecuencias que la publicidad sexista ha ocasionado, como la baja autoestima de las mujeres y su incurrimiento a trastornos alimenticios y psicológicos, así como el sometimiento a operaciones quirúrgicas peligrosas para lograr “el cuerpo deseado”, se le han atribuido a problemas superficiales que no tocan el fondo del asunto. El capitalismo se ha encargado de hablar de vanidad femenina cuando en realidad se trata de identificar el problema real, que es sin duda la mercantilización de la imagen de la mujer y más allá de esto la perpetuación de esta sociedad que por estar a merced del capital es capaz de destruir y asesinar al individuo.

El considerar a la mujer como objeto sexual contribuye a la legitimación de una cultura y una sociedad que subordina a la misma, no sólo en relación al género, sino en relación a la vida social en general; por tal razón es importante que dentro del enfoque de la contracultura los nuevos medios de comunicación sean considerados instrumentos determinantes en el cambio social hacia el avance de la no discriminación y a una vida libre de violencia para las mujeres.

Dentro de la revolución bolivariana se ha propuesto crear modelos comunicacionales alternativos que permitan hacer contrahegemonía a las ideas del capital y lograr el empoderamiento hacia los medios de comunicación por parte del pueblo, para que éste sea capaz de crear, transmitir y representar su realidad acorde a su lucha diaria que es la construcción del poder popular; Dada esta enorme oportunidad para los revolucionarios, se hace necesario emprender una discusión que comprenda la forma de integración del género a estos nuevos esquemas comunicacionales; Por tal razón se hace meritorio que empiece a desarrollarse un modelo de comunicación en el cual la mujer se vea y se refleje como un sujeto de acción y transformación y nunca más como un objeto.

Es común escuchar en las calles, y, sobretodo en las escuelas tradicionales de comunicación social, lemas como el de “Quien tiene la información, tiene el poder”; el pueblo revolucionario guiado por grandes sentimientos de amor y de cambio ha comprendido que el poder, (del pueblo en este caso) se logra solo siendo parte del hecho y siendo creador de la información, quiere decir entonces que como agentes de transformación debemos empezar a erradicar en todos los rincones, en todos los espacios de lucha, la dominación y la opresión femenina a través del debate, la participación y la acción concreta.

Fuente: http://generoconclase.blogspot.com

domingo, 12 de diciembre de 2010

¿Quién le teme al SIDA?



Escrito por: Julia Rojas Vásquez


En esta campaña el gobierno nuevamente confunde, agresividad mediática con ignorancia y violencia simbólica.

La campaña que -esta vez- proviene del Ministerio de Salud, arremete contra las mujeres al establecer una relación entre el hecho de que el SIDA es una enfermedad que no se manifiesta físicamente con una mujer lista para la seducción. También insulta a las personas que viven con VIH, diciéndoles que es divertido morirse de vieja-o y no de SIDA, volviendo sobre la relación SIDA – MUERTE, superada en las últimas campañas, gracias a la incidencia de la sociedad civil.

Ni el examen para el VIH, ni el miedo a la muerte, ni siquiera promover el uso del condón, así livianamente, aseguran el cambio de comportamiento necesario para gestionar el riesgo a adquirir VIH y accionar mecanismos de prevención. El condón debe usarse en todas las relaciones sexuales penetrativas y su uso debe ser sostenido en el tiempo, solo así el preservativo cumple su función. Por eso que la campaña constituye un grave retroceso en la Lucha contra el SIDA en Chile, borrando violentamente todo lo realizado por la sociedad civil para incidir en las políticas de prevención.

Sabemos que el elemento crítico de la epidemia en Chile lo determina la ausencia de educación sexual, la falta de una política pública que considere lo inherente a placeres, displaceres, errores y gozos vinculado a lo sexual. También sabemos que el ámbito de las sexualidades es complejo. Que permanece allí una violencia simbólica,que enuncia que las mujeres que exigen los condones son putas, que los homosexuales ya no los usan, que los y las jóvenes no logran ni comprarlos.

Si pudiéramos acceder a la realidad del VIH/SIDA,sin caricaturas,ni prejuicios, sabríamos de condones rotos, de relaciones anales por miedo al rechazo social de un embarazo precoz, de abortos clandestinos, del temor de un joven gay a decirle a su pareja que usen condón, de desigualdades en el poder de elegir, de prácticas sexuales diversas: en parejas, en grupos, en multitudes, donde el riesgo frente al VIH no logra vislumbrarse como problema, sino hasta que se tiene un resultado positivo.

También, sabríamos que gran parte de las mujeres que hoy viven con VIH, cumplieron con todas las expectativas que el mandato heteropatriarcal les exigía: se casaron, tuvieron solo una pareja sexual y generalmente fueron fieles, hasta que las notificaron. Sabríamos que muchas de ellas fueron esterilizadas sin su consentimiento, a causa de la ignorancia de los agentes de salud que debían proteger y no castigar. Sabríamos que esta campaña las insulta, porque a pesar de que hicieron todo lo que se esperaba de ellas, viven con VIH y hoy se las muestra como objetos de seducción, del que un otro debe protegerse.

El SIDA no se detiene con una campaña agresiva y represiva que refleja la perversa relación entre Estado, ignorancia y la rígida doble moral religiosa y sus poderes fácticos. ¿Cuánta campaña violenta y errática tendremos que soportar antes de que se nos trate como ciudadanos y ciudadanas con capacidad de decisión? y no como niños y niñas sometidos al miedo de adquirir un mal amenazante ¿quién le teme al SIDA? ¿a qué le teme esta campaña?

Sabemos que el SIDA se detiene con entrega de información temprana y certera, con acceso a información significativa para la creación de políticas públicas efectivas. El SIDA se detiene con políticas antidiscriminatorias, con educación sexual laica, impulsando derechos ciudadanos y sin lugar a dudas, fortaleciendo el trabajo compartido entre la sociedad civil y estado.

Columna escrita para el Observatorio de Género y Equidad
Fuente: http://www.nomasviolenciacontramujeres.cl